Discurso de la fallera mayor, Carmen Martín, en la Crida

Valencianos y valencianas, falleros y falleras, gente de todo el mundo… 728 días después, ¡HEMOS VUELTO!

Hemos vuelto a nuestras emblemáticas Torres de los Serranos, hemos vuelto a abrir las puertas de nuestra ciudad para dar la bienvenida, para acoger, para proclamar al mundo entero con orgullo y emoción, que ya estamos en Fallas!!

Apunte la fecha, porque ahí es nuestro resurgir, un resurgir en el que la ilusión es el motor, la esperanza es el corazón y la pasión es la llama, una llama que está más encendida que nunca por nuestra bienvenida fiesta.

Y todo gracias a vosotros, falleros y falleras. Vosotros habéis sido, más que nunca, esa ave fénix que renace de las cenizas ante todas las adversidades, defendiendo nuestra fiesta allí donde habéis estado, luchando por las tradiciones que nuestros antepasados nos enseñaron y trabajando, de valiente, para que nuestro presente y futuro sean gloriosos.

Y junto con vosotros, esa parte indispensable de esta majestuosa fiesta, los creadores y creadoras de sueños: pirotécnicos, indumentaristas, orfebres, artesanos, floristas, músicos, grupos de danzas, poetas y tantos otros que hacen realidad, junto con los artistas falleros, la magia de las Fallas. Llenando cada rincón de arte y de sátira, de luz y de sentimiento, convirtiendo lo efímero en eterno.

Gracias por estar siempre. Porque a pesar de las dificultades, he elegido las Fallas como un lugar donde quedarse a vivir, porque todos unidos hemos demostrado al mundo la riqueza que atesora la mejor fiesta del mundo, las Fallas!!!

Hace ya 5 años que las Fallas recibieron el honor de ser proclamadas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un reconocimiento que reafirma nuestros valores de esfuerzo, de unión y de trabajo. Valores que los falleros y falleras hemos demostrado y seguiremos demostrando año tras año, haciendo grande la lengua de nuestra tierra, y reflejando que las Fallas son solidarias, abiertas, respetuosas, inclusivas y plurales.

Esas son las razones por las que siempre he defendido que las Fallas están formadas por un gran equipo, un equipo con muchas piezas y por eso cuenta a cada paso con estas 12 señoritas que me acompañan esta noche. Ellas son la más sincera muestra de fuerza, de valentía y de autenticidad de nuestra cultura y nuestras raíces. Mujeres preparadas y comprometidas con Valencia, que llevan dentro del corazón la esencia de la fiesta fallera. Y a nuestro lado, 13 chiquillos que son la certeza de la continuidad, la chispa de nuestra fiesta.

Hemos vuelto, y ha vuelto la hora de los falleros y las falleras de espíritu o de casal, para los valencianos y valencianas de corazón o de nacimiento, para todas las Juntas locales de la Comunidad Valenciana y más allá. Para los que estáis lejos de vuestra tierra, para todos aquellos que queréis conocer la cultura valenciana y fallera.

Vos anime a participar siempre con responsabilidad y a disfrutar de unos días llenos de música, de pólvora y de tradición, porque si de algo somos conocedores y merecedores es de la emoción de nuestros ojos ofreciendo al ver el rostro de nuestra mareta. Conocedores del temblor por el estallido de los trozos de bac despertando Valencia, conocedores de la llama que se enciende la noche de San José.

Somos miles de personas las que formamos este gran colectivo fallero, pero también sois muchos los que debido a diversas circunstancias habéis pausado vuestra trayectoria fallera o todavía no la habéis empezado.

Vos anime que vuelvas y se aventuréis en esta mera fiesta porque vivir las Fallas es el mejor regalo que vos puede ofrecer esta ciudad porque las Fallas siempre serán vuestro hogar y vuestro hogar. Falleros y falleras, mire al cielo, a esas estrecheces que nos iluminan. Y nunca olvidéis que la fortaleza de esta fiesta reside en la unión de nuestras voces, por eso hacéis flamear en el aire vuestros estandartes junto con nuestra senyera y llamamos todos a una voz….

Viva Valencia y para siempre, vivan las Fallas!!!

Discurso de la fallera mayor en la Crida

Carmen Martín